Directores

Directores:

Roy Davatoc

Walter E. Cordova Romero




Páginas

sábado, 27 de marzo de 2010

Roy Dávatoc. – Chincha, Perú

PRESENCIAS


Mis manos tienen memorias de ti
transitando lo privado de tu entrega;
tienen tu aroma,
tu beso, tu aliento;
tu sabor a infinito,
tu triunfo...
mis derrotas

Mis manos tienen ecos de ternuras
vibrando,
tienen tu voz en la sombra
y en la acequia infinita de mi ternura
tienen tus restos y tus rastros
la luz velada del deseo
y la huella del amor
amaneciendo.

Del libro “ALMA. Cuando un corazón emigra.”
DENISSE

Denisse,
trémula fuente gravitando,
andas de puntillas sobre el mar negro de mi pecho

Tu aliento
una nube de plomo
crece al centro de la cabeza
en telarañas duras y crispadas.

Me dejas sin zapatos, sin camisa,
con las manos abiertas
y soledad rojo bermellón,
azul fondeado en un vaso.

Denisse,
cuando yo andaba sin sentido,
en las calles, los kioscos;
eras escollos en esa marea que me freía el cerebro.
Luz y vuelo pulsando las formas frente a los ojos

Denisse ven,
ve,
haz tus manos cuencos,
trampas donde detener esta carrera
de pies de arena que es la vida

Y el destino… -el destino inmóvil
que siento como un golpe seco
de una cabeza contra una ventana que no cede-,
son las manos ansiosas cavando pozos,
atrapadas en nudos de árbol,

la sangre,
la luz del sol sobre los ojos cerrados.

Del libro “ ALMA. Cuando un corazón emigra.”
Harman – Montevideo, Uruguay

LOS METEORITOS DE BAUDELAIRE

Frecuentemente los meteoritos, enormes basuras del espacio
buscan alterados el choque de sus masas
librando luminiscencias e imperceptibles sonidos
en el negro infinito que los rodea.

En ocasiones, alcanzada la atmósfera terrestre
estos seres de piedra, hierro -níquel
abominables socotrocos intergalácticos
se desintegran como hogazas viejas.

No es usual el trayecto que persiguen
ciertamente, no persiguen nada de nada.

Navegantes del vacío
los meteoritos se asemejan a los poetas
las aves del azur.

MI CRUZ

Todo lo que fuimos una vez no puede durar hasta siempre
los platos antiguos que coleccionabas rotos al fin sobre mi cabeza.
Dices que el tiempo curará las heridas
yo digo que el tiempo no hará más que agravarlas
pues las horas nunca corrieron en nuestro favor
En cambio será el vino
quien nos salve de la pendular cruz
y el vacío cuidará que no se pudra al sol la carne.
Quieres escapar de todo y para siempre
y eso no es posible.
David Orlando del Águila Quevedo – Tarapoto, Perú

EL COMETA


Cada cien años
mueve en diagonal
un cometa a tus pupilas,
en la noche de pizarra
plantea una división un astro,
un dios.
Y la vida que conoces
se acaba,
porque el cometa no ve
tu andar,
tu lucha,
no ve al sentimiento
que te despertó a estas horas,
no ve a tus pupilas
cayendo en diagonal.
Sólo ve un punto
azul brillando a lado
de otro punto y adiós.
En cien años
el astro, el dios,
le dirá a otro hombre
que es nada.

ESTATUA

Una estatua que me mira
como si fuera yo la piedra;
y en algo hay razón,
tengo pesados los zapatos
y arena en los bolsillos,
como si no fuera a moverme
y mi nombre fuera Marfil.
La estatua se echa a andar
perdiéndose en la calle
mientras un pájaro se posa sobre mí.
Migdalia Zambrano – Barquisimeto, Venezuela

Espero


Espero en el tiempo y en la distancia
Poder besarte de nuevo
sentir tu fragancia,
Y amarte de cuerpo entero…

Fragancia de amor sincero,
Fragancia de amor del bueno…
No sea la distancia un adobo Para olvidar
Sea, más bien, motivo para recordar…

Momentos llenos de luz,
Momentos llenos de dulzura,
Donde no cupo la amargura
Y se prendió una llama de amor que perdura.

Una llama de amor del grande
De esos que ya no se ven
De esos que parecen de cuento
resulta que para nosotros, sí lo es…

es amor lleno de bellas cosas
que llenan nuestro corazón y memoria
con abrazos de fusión de nuestros cuerpos
al entregarnos el uno al otro sin miedos…

decirte que te amo libremente
no es difícil, porque tú, con tus bellas cosas
lo conseguiste
Conseguiste atraparme con ternura,
Conseguiste hacerme tuya con locura,
Conseguiste de mí lo que quisiste
Y me entregaste de ti lo que yo quise….
Samuel Cavero – Puquio, Ayacucho, Perú

Iguana


¿Quién no se siente cazador?
Tantas veces me he sentido cazador.
Yo por Australia andaba buscando amor
y el Diltjipuy me acorraló.
“Ven”, me dijo.
“Yo te liberaré para que sigas buscando”.

Así lo hizo. Me liberó, mas no del Tiempo.
Ahora soy un viejo que acaba de nacer,
he nacido para los jóvenes y niños.
Yo nazco siempre en quienes mis versos recitan
esperando contar la historia del “hombre que…”

Desde entonces, amigos, así lo hago.
Habrá un mañana en que niña y niño
se acercarán a mí y yo, tomándoles de la mano,
les diré cariñoso y erguido:
“No temáis niños, al Árbol no se le teme,
vengan conmigo,
vamos a caminar en la arena,
allá es donde yo vivo,
allá es donde mi cuento comienza”.

Karijini y Kakadu

Tú, Karijini
eres como mi corteza
rugosa piel que al cielo
hace muchos milenios
escalar sin la mano del ángel quiso.

Tú, Karijini
no eres como Kakadu
dormido cielo rojo en un manto de aguas y nenúfares
no; tus rocas son siempre encendidas.
Ambos somos fuego.
Cuando me escalan
quienes me visitan a diario, ellos me abrazan fuerte, me besan
y con la victoria de haberte escalado, Karijini
-con la rubia Daphne, todo corazón al fuego, tanto como Helio-
yo, Árbol desierto, los premio.
Óscar Limache – Maranga, Lima, Perú

Ohmar frente al mar de Mollendo (MOLLENDO, 1997)

Hemos descendido horas y kilómetros
pequeño
como sardinas en lata y sin aceite
desde las nieves de Arequipa
para tener un algo de espuma y arena frente al mar
un poco más al sur
o mucho más al norte
de donde don Benito Cereno
trataba de escapar del negro Babo
o donde don Ricardo Palma
aún sin fama
logró sobrevivir al naufragio
llegando hasta las costas vacías de Acarí
o donde el mismísimo Melville
un poco más antes
o un poco menos después
navegaba atento al catalejo
persiguiendo albas y endiabladas ballenas
o donde finalmente
tíos lejanos y argentinos
o cercanos parientes mollendinos
dejaron su vida
como heroicos cazadores
o arponeros
o grumetes
y tú
Ohmar
pequeño aún
como el océano en ciernes
con tu nombre como una exclamación
ajeno a tanta historia
a tantos nudos
a tantos cuentos intrincados
que ya empezarán
a inundar tus sueños pueriles
chapoteando en tu piscina de hule
cual renacuajo (en la tercera acepción
del diccionario de la RAE)
o alevino (uno más entre millones)
con toda la vida al frente
llena de millas marinas
desconociendo mayormente
las hazañas de piratas despistados
que aún vagarán por estos rumbos
sin saber que han muerto ha mucho tiempo
por estas costas antaño brumosas
y desconocidas para ti y para mí
y a las que no volveremos más que en esta foto
olvidada en el álbum de nuestra vida en común
o en un recuerdo desleído de tu infancia y mi verano
(Del libro futuro: Apachetas)

Lejos del mar azul (LA PAZ, 1999)

Mamá
¿verdad que los chilenos
nos quitaron el mar?

Ah
estabas en Bolivia
niño peruano en Bolivia
y lejos del mar azul

Y la maestra nunca te había dicho
nunca les dijo a tus compañeritos
que tú no eras boliviano
quizás para evitar que te miraran mal
como a todo peruano a estas alturas

Pero ahora compartías con ellos
aires enrarecidos y cachetes rojos
reivindicaciones y ausencias marinas
que ya flotaban borrosas en el tiempo

Es por eso
que tomé un avión hasta Juliaca
un triciclo hasta Copacabana
una lancha para cruzar el Titicaca
y un bus para llegar hasta El Alto
y desde ahí descender en tobogán
con el brazo en alto para tocar la luna
hasta esta ciudad en la hondonada
para traerte esta caja de canicas
con las que nunca jugaremos
y estas banderas rojiblancas
que son autoadhesivas
y que pintarán tu cuarto con los colores nacionales
(como si las naciones no fueran ya
polícromas y abigarradas)
y esta grabación que hice anoche en Puno
cerca del lago azul
cuando llegando las doce
todos se desataron con voces y lágrimas
a recordar que eran libres
y que por eso se emborrachaban
de tan peruana manera
y yo
comprobando por vez primera
cuán hondo calaban los símbolos
que te ataban a una nación
mientras más cerca del borde
(y de caerte) te hallabas

Y así
niño peruano en Bolivia
cuando en tu cuarto
puse la cinta y encendí el televisor
y apareció en el video la plaza de armas
llena de chullos esa noche puneña
y sonaron las campanas de la catedral
y empezaron los castillos a lanzar fuegos al cielo
y las voces empezaron a corear ese himno
que aprendimos desde niños
tú también comenzaste a recordar
tus tiempos idos de nidos
y empezaste a balbucear algunas de las sílabas
que ibas extrayendo del pasado
para armar luego palabras enteras
y terminar tú mismo el coro completo
con una sonrisa de identidad recobrada


pequeño
somos libres

Que lo seas siempre

(Del libro futuro: Apachetas)
Erick Villalobos – Lima, Perú

Me retiro
prolongadamente,
centro mi contemplación en lo eterno
y tengo en mí algo que no me sirve a diario
vivo de huesos / platos vacíos / postales / alumbrado público / vehículos / flores
novedades agónicas golpean mi atrevimiento a dejar la muerte
atascada en mis encías
fuertemente revienta un llamado a la vida en el amanecer
como los momentos en los que el barro y la lluvia tornan pesadas las almas
para que no huyan de los cuerpos como un breve cántico matinal,
de esta manera el “después de la memoria” sólo así te separará de tu quietud histórica,
conoceré los días como me sean posible
y pronto quizá
al desnudarme y sobre hojas secas bañándome en luz de luna
logre volar alto tan alto
que no necesitaré nunca más un halo de vida
pero sí
un gran sueño
que me entre asombrosamente
por la nariz.

* * *
Converso con mi lucidez
sobre trepar incidencias semejantes a los aromas de los lirios,
por cierto
en noches como ésta
cuando asoman alborotados mis recuerdos, raído por las lluvias
siento la necesidad de incinerar antaños salones colmados de silencio
y de manera abyecta
la soledad frondosa me recibe en el más profundo recinto de su sala de espera,
enseguida propicio una sensación de locura con mi eco
éste se detiene,
vuela como un animal desangrado sobre mi pecho y lo abrazo,
considero la plenitud de su ternura
me apresuro, cierro mis ventanas,
ronda el frío allá afuera le anuncio con cierto desdén,
se queda callado,
¿no querrás soñar con la nostalgia,
aquella que golpea cruelmente en el estómago a los olvidos?
vuélvete le digo,
se ríe,
derrama una lágrima
y parado frente a mi ventana en plena lluvia
se queda mirando las estrellas, ésta vez para siempre…
Alex José Pimentel Vidal – Tocache, San Martín, Perú

POEMAS SUELTOS

Hoy me juré no ser tonto útil
en la calle me miran
porque no me visto como ellos,
no escucho la música igual que ellos
no como igual que ellos
no pienso igual que ellos,
quienes piensan con cerebro ajeno
hoy no seré embutido, un autómata
no hay que mirar la caja que hace tontos
no llenaré los bolsillos de las transnacionales
hoy como nunca en mi país
están jugando a ser monos, con sus monadas.
La drogadicción se globalizó
la pobreza de igual manera
se ha repartido equitativamente
la encontramos en todas partes.
La mente como una hoja blanca
Sin control ni dominio
listo para consumir lo que parece blanco
Lo que disfrazan de santo, el parricidio.
Muy pronto el pueblo emergerá desde abajo
para tomar el poder.
* * *
Desde que te conocí
Solo de ti habla mi corazón
Cada latido te llama
Pronuncia tu nombre
También murmulla,
No te alejes de mis brazos!
Si algún día dejas de escucharlo
Es porque mi corazón, no
Tendrá eco, al estar debajo de la tierra...
* * *
Aquella noche
Qué noche!
Me quedé esperando
Salieron dentro de mí raíces
Creció una estaca apuntando a mi corazón
Como olvidar aquella noche
Donde tu sombra se quedó
Haciéndome compañía
Matando lo que sobre del recuerdoTerminando con mi vida

Bohemia Nebulosa

“La poesía en todas sus latitudes”


Oodgeroo Nunukul – Stradbroke, Australia (1920-1993)

SON OF MINE (TO DENIS)

My son, your troubled eyes search mine,
puzzled and hurt by colour line.
Your black skin as soft as velvet shine;
what can I tell you, son of mine?

I could tell you of heartbreak, hatred blind,
i could tell you of crimes that shame mankind,
of brutal wrong and deeds malign,
of rape and murder, son of mine;
but I'll tell you instead of brave and fine
when lives of black and white entwine,
and men in brotherhood combine--
this would I tell you, son of mine.

César A. Guardia Mayorga – Ayacucho, Perú

“Runasimi harawiynin”
Qampaq

Umaypim yuyayniyki,
patpatichkan,
pillpintup rapram hina
mama sumaq
Rinriypim sutiyki
tutaq punchau
sirvan;
mana wayrap apastan,
mana pipuyarisqan.
Sunquypim waylluyniyki
kawsan,
arwi arwi yura hina
arwiwaspa
Llakispa, asiq tukuni
mana pipas llakisqayta
muyanampaq
Qamllam, sunquypi yachanki,
imay kusikusqayta,
haykaq llakikusqyta,
chiqampi.

Oodgeroo Nunukul – Stradbroke, Australia (1920-1993)
Traducción -Víctor Rodríguez Núñez – Cuba

HIJO MÍO (A DENIS)

Hijo mío, tus ojos atormentados buscan los míos,
desconcertados y heridos por la discriminación.
Tu piel negra, suave como el terciopelo, brilla.
¿Qué puedo decirte, hijo mío?

Podría hablarte de la angustia, el odio ciego,
podría hablarte de crímenes que avergüenzan a la humanidad,
del atropello brutal y actos malignos,
de la violación y el asesinato, hijo mío;

Pero en cambio te hablaré de lo valeroso y bello
cuando las vidas de los negros y los blancos se entrelazan,
y los hombres hermanados se juntan:
de esto te hablaría, hijo mío.

César A. Guardia Mayorga – Ayacucho, Perú
“El cantar del corazón”

Para ti
En mi mente
palpita tu recuerdo,
como alas de mariposa,
sin descanso.
En mis oídos
vibra tu nombre
noche y día,
sin que nadie lo oiga,
sin que se lo lleve el viento.
En mi corazón
vive tu amor,
aprisionándome
como enredadera.
Sufriendo, simulo reír
para que nadie
sospeche siquiera
que sufro
Solo tú sabes en mi corazón
¡cuándo me alegro en verdad
cuándo en verdad sufro!
Giuliana Llamoja – Lima, Perú

La que soy

Soy la que guarda una gota de melancolía
Entre sábanas de colores
La que disfraza el frío serrano, lo anida
Salen pájaros de carne y pico
Soy la que guarda la mirada husmeante y gibosa.

Mi desnudez de agua es una casa sin puertas
Un paisaje sin cielo un cielo sin azu un cielo no cielo
Soy la que no soy y desea ser.
He tirado un par de monedas tristonas en tu boca y se han vuelto burbujas.

La burbuja aletargada. La mujer desnuda. El cuarto vacío. Una taza de leche.
La mustia Rita de Junco y capulí de Vallejo. La NO/NATA.
Un bálsamo sin fondo sostenido en el túnel de lo cotidiano
El eclipse al unísono de lo que se está aún por hacer.

ERES EL TIEMPO

Te hablo con el sol
y con la lluvia
con las calles vacías y con las tardes solitarias;
te hablo, como aquella que no conoce
sino el escándalo de tus ojos incandescentes.

Mi amor es un accidente climatológico,
una tórrida estación de verano
que calcina los bosques y desnuda el paisaje de tu piel.

Tus numerosos rostros son las estaciones de un año completo
y el tiempo se detiene cuando duermes
o cabeceas sobre mi ombligo
como estrella agitada por los destellos de la vía láctea
Rudy Alfonzo Gomez Rivas – Aguacatán, Guatemala.

Reinventando alegrías

Cada uno busca y reinventa
la forma de inmortalizar sus alegrías
en ese sentido
el crepúsculo se deja seducir por las penumbras de la noche
desfoga sueños
y los convierte en viajeros pernoctados llenos de esperanza
que terminan siendo con el alba
espejos de rocío.
Reírnos

Reírnos de la tristeza
abrazarla
bailar con ella
en el despuntar de arreboladas tardes
con un ramo de espliegos nocturnos
es retar los litorales del pasado
dejando intacta
la oquedad finita del olvido.
Secretos

Ríos sonoros
quebrados espejos
que no asesinan mis miedos.
Olas seductoras
bailarinas a mis pies
me platican los secretos del mar
de la luna durmiendo entre su vaivén
El secreto del fuego está a salvo
mientras labra espirales de incólume poesía.
El tiempo

El tiempo es herida en los costados
lágrima ennegrecida por círculos de olvido.
El tiempo es la carcajada furtiva
de los que yacen muertos en relojes de concreto.
Es el corazón latiendo
convertido en puño
empujándome a tejer senderos presentes
con algebraica precisión.
Verónica Xavier – Mato Grosso, Brasil

Estación Favorita


Llegó el tiempo de cielo claro
De las generosas lunas
De los días calientes y agradables brisas nocturnas.
El calor de esta ciudad ya no me aterroriza
¡Y el verano ahora es mi estación favorita!
Pues todo es preparativo para tu presencia.
Todo lo que canta esta ciudad, con sus calles y el mar
Es que regresen tus ojos.
Y en todo lo que guarda mis retinas
Hay trozos de ti.

Primavera

Me gustan los árboles en días de primavera
Me gusta ver las flores
Deshojarse sin penas, ver caer
Agua de lluvia y pétalos en la tierra,
Que los recibe como caricias plenas.

Todas las flores que veo,
de matices rojos y amarillos
llenan mi corazón de alegría, esperanza
y algo más tal es el amor que traigo
por mi tierra, mis herman@s y mi hogar.

Camino por la ciudad y los pimpollos vertidos
parecen nacer del suelo.
Cierro mis ojos para sentir el perfume del mar,
la lluvia o el viento
y bajo mi pelo traigo una flor colgada al cuello.

Bajo mi pelo traigo una flor colgada
Dentro de mi corazón,
la primavera fundó su morada.

Outubro/2009
Indira Anampa – Lima, Perú

Hábitat

Era mi casa
un árbol cohabitable,
las grietas guardaban el barro de la lluvia
el sol se fugaba por las grietas,
las grietas colaban la lluvia y
hacían las veces de parteras del sol;
y la leve antorcha ardía
frente al saudade de mi nobleza
mis manos horadadas
cuajaban el brillo solar
mientras soñaba despierta.

Hoy una tormenta
partió mi casa en dos.

Sentada,
contemplando
los escombros,
aprovecho sus fisuras,
para tarjarme;
y contigo ,
¿Qué hago?
¿Qué hago?


Llevaré mis mutiladas desgracias
a puertos inexistentes,
tenderé cada pergamino
de nuestra piel
frente a la esfera de helio,
nuestros retazos
frente a la antorcha del tiempo.

Esperaré llegar el día
para ver envejecidas
las expresiones de nuestros cuerpos
roídos y plásticos
para encender una vela
y hacer una fogata
con todo aquello
para que todo aquello se lo lleve el viento.
Rosa Casaretto – Lima, Perú

03:32 am

Despacio,
las venas no se deben notar en tu cuerpo,
el piano destartalado,
ninguna sensación heroica de frustraciones,
sólo notas de ilusión.
La luciérnaga que fumas cada noche.

Tu perfil bajando aguas,
la caricia inesperada de tristeza.

Sinfonía de mares que te extrañan.
Dedos que confabulan,
Sin recordar lo automático de su melodía.
página en blanco
te detesto
más que a las ausencias, que a la facilidad;
Que el cariño tácito de un cuerpo indecente.

Cristales transparentes,
Sólo la magia de recuerdos,
Que deforman tu descanso.

Cada explicación, la máxima.
Mi invierno adusto que ríe sin entender.
La serena marea que avecina una tarde
Dentro.

09:46 pm

Los caminos se tornan tuyos,
Dueño malnacido de todo,
Complejidad de estrellas rebeldes,
Amante rojo de la noche.

Yo conozco,
La hiriente incapacidad de odiarte,
La maldición perfecta de la esperanza.

Y he visto,
A la mente de rodillas,
Suplicando excepciones,
Escupiendo esferas
A tus pies
Rogando, tierra para ellos.
Víctor Vimos – Riobamba, Ecuador

El Fin


Eso. La intemperie de la noche abrazándome los ojos, el cuervo envenenado que reclama su lugar en el corazón, los zumbidos horripilantes del aire rompiéndose el mentón contra el mundo. Es tarde, se han descompuesto los relojes y sin embargo este envejecer no para, no para, no para, cuelga de mi cabeza ahora mismo una bandada de pájaros enfermos, que quieren escupir por mis narices su óxido pálido, nadie me dejará flores en la puerta esta noche, nadie averiguará por mis dolores, a veces pienso que debí haber roto la caja de cristal en la que me encierro cuando tuve tiempo, cuando el verde prado ocupaba mis manos, no este rastrojo que soy frente al espejo, no estos botones que se cubren los huecos para no ser botones, no, nada de esto, lo que dejaron de mí las botellas, los falsos intentos de hacer las paces con el fango, de esconder la pólvora en los zapatos, nada de esto, siempre tuve miedo a los adioses, por eso olvide la palabra distancia en la boca de una mariposa, y ahora es tan atroz la idea de no ser niño, de abandonar por veranos enteros las rodillas que se derretían bajo el sol, el frágil cantar del agua antes de la escuela, ahora que puedo confesar que he dormido en los parques, por eso repito que he escuchado crecer a las flores al arrullo del alba que va rayando el pecho, qué lejano era el mar entonces, solo se podía llegar a él después de beberse un kilo de estrellas, después de repartir el torso en las cantinas, y fumar hasta los velos del vestido de la hermana, ahora el mar es una palabra que dibujo, que la tomo en mis manos, que la levanto como a un animal enfermo, no vendrás a dejarme flores esta noche, no importa, yo tengo el mar aunque siempre tendré miedo a los adioses, por eso no dejaré de revisar las cartas para asegurarme que en algún lugar, algún momento, cuando mis huellas dejen de ser las de una sombra errante y se conviertan en algo útil como un abrazo, hoy no tengo ganas de nada, bueno sí, de meterme en las piletas de los parques, de subirme a los postes de alumbrado, de apedrear los vidrios de las iglesias, de sentarme a ver cómo amanece detrás de esta ventana, voy a sacar la cajita de música que tengo bajo la almohada, voy a asfixiar con amor de loco a la bailarina que hay dentro, seguro me invita a enterrarla en sus tinieblas, me hace tanta falta una hamaca, un río que magulle afuera, una cerveza, el techo estorba, quiero la luna, las nubes moradas de la madrugada, no importa que no me dejes flores en la puerta esta noche, que no averigües por mis dolores, siempre es igual de atroz cuando dejo de ser niño, pienso en pistolas, en ventanas, en somníferos, siempre por este maldito silencio que encuentro al volver a casa, cuando lo único que necesito es un arrullo.
Ricardo Calderón Inca – Trujillo, Perú

LA PARTIDA

Había construido como cien barquitos de papel. No había ido a clases por la tarde, no había comido ni bebido, solo se había desvelado buscando retazos y retazos, reuniendo los pequeños trozos de papel. Pliego a pliego los iba armando. Muy pronto, bajo la amanecida, tomó todos los barcos de colores y los llevó al agua. Miró su trabajo con dulzura, mientras lentamente se hundían en un profundo viaje.

PERIPLO

Las hojas se levantaron de sus ramas y viajaron por los aires. Los aires revolotearon en danzas húmedas y ahogaron las hojas. Las hojas se levantaron y siguieron a una pareja que pisaron sus ramas. Las ramas, en silencio, se quebraron al ser pisadas por la pareja. La pareja no viajó, no se ahogó, no se levantó, no se quebró, pero había algo en ellos que animaba a ver las hojas levantarse por los aires con sus ramas a punto de ser quebradas.

SOPA DE LETRAS
A nombre de sus demencias
y bestias desnudas.

Oscar, al ver que no pudo aprobar el examen de literatura, tomó al pie de letra las sabias palabras de Gonzalo.
―Cómete los libros pe muchachón.
Horas más tarde fue hospitalizado de emergencia. Al interior de Oscar yacían papeles y mariposas en total armonía.

LOS DÍAS

Los días viajan
Sin tus árboles de mañana
Sin esos aires
Revoloteando el universo
Parece… ciertamente
Me has dejado solo
Ahumado al pie
De tu dulce ausencia.
Jorge Alberto Flores – Lima, Perú

Copa


Botella de vidrio y con copa en mano
bebo vino seco que estremece mi ser
botella de vidrio cae sobre el suelo
mastico la copa que en la mano sostengo
mil pedazos de vidrio están en el suelo
navegando en un pequeño lago de sangre
crujen mis dientes masticando la copa
el vino seco se vuelve salado
y este salado me sabe a dulce
y este dulce me sabe agrio
este agrio sabe bien
¡qué agrio
más
dulce
siente
mi boca salada ¡

Espada

suspiro
cuando

que
tu
p e n e t r a n t e m i r a d a
corta
mis
p
e
n
s
a
m
i
e
n
t
o
s
Laura Alejandra Rosales – Lima, Perú

CONCIERTO

Compañero
tú tocas las estatuas
que transforman la sal en oro,
Y a las caracolas en usureras alimañas
retornando a su morada
que es el paraíso que me huye.

Tú simulas una muerte
sobre el musgo descolorido de mi espalda,
Mareado por el silencio de mis fronteras
Eres el hipocampo más venturoso del mundo.

La trampa donde caíste
Fue la trampa tejida
por los llantos infantiles de tu madre
de tu hija de tu esposa,
Cualquiera de ellas al azar,
Porque cada una fui yo
Comiendo cada instante de tus pasos
sobre la polvareda.

Eres el reino que provocó
El crujir de las espadas en el aire
La palabra dulce resbalada de mi lengua
Que acaricia el sueño de un neonato.

Pero aquí te salvo compañero
Y me salvo compañero

No alcances mi vida que flamea entre las playas
No busques tu vino en mi mísera realeza

Vuelve a nacer de tu cenizas
Yo apagaré mi luz
Viviré atrapada en mi propio canto.

Si ya todo es silencio

Nostalgia y ceniza,
¿Por qué lo azul de los insectos muertos?
Si todo el espasmo del universo
Fue estrangulado por las voces de las fuentes,

¿Porqué una pared vacía,
tantos búhos luminosos,
tantas flores con olor
a infancia de piedra?
Gloria Dávila Espinoza – Huánuco, Perú

YO NO ME CORRO DE CÚSPIDES EN HIELO
Me moriré en París con aguacero
un día del cual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París - y no me corro -
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.
César Vallejo

Yo no me corro…
de cúspides en hielo,
noches en tormentas,
fuego a ciempiés,
panes podridos en alacenas olvidadas,
esputo salado
y mis falanges en cascadas escarchadas.

No, yo no me corro de la noche hambrunal,
niños en llanto madrigueras
de los ojos rojos de la ira por la pútrida vida
que llaga mis alforjas sonajas.
Yo, no me corro de
tus labios secos de la mar en sentencias vivas
de no saber si es inerte muerte en cadenas,
porque mi candente infierno es ojo del
venado herido
entre punas desiertas y estepas repletas de tu
hambre.

No, yo no me corro de todo lo que en ciernes
será mi cruz…,
corona de sombras huidizas,
de mis huesos hoy polvo herido
echando murmullos a versos escasos.

No, yo no me corro…
ni espero guadañas perladas
rondando mi anatomía estrecha
que agazapada transcurre,
y que el pan no lo señale con el dedo acusador
no, no me corro;
y te espero
rueda del ocaso
tirada por carrozas esqueléticas
de tu olvido en abismos.

Sí, te espero
porque tú, hambre, te irás para siempre.

Del libro “Kantos de Ishpingo” (2007), Manoalzada Editores

CLAMOR DE SILENCIOS

hay una roca lamiendo su entraña,
y el trigo es ausencia en su soplo,
el verde camino fenece
y es musgo tallado en sus pies,
nubarrones dibujan su nombre
a la espera de verlo otra vez;
mas la risa ha huido de ella,
no quiere ser sal.

una llama devora su espacio
para hacerla cenizas por siempre,
huye y mira desde lejos
porque sabe que es por eterno olvidos

los prados lo aclaman
mas su nombre ha sido prohibido
y si alguien osara decirlo
puede que sea su fin.

no, no hay más noches en su blanco festón,
sólo hilachas de un viejo camino
que a la roca hoy le ha prometido;
ser su lengua y sed.

París, 29 de octubre de 2009

domingo, 7 de marzo de 2010

Alfredo Ruiz Chinchay - Lima, Perú

Allá

Donde mis pasos alzaron el polvo;
polvo del que soy hecho,
el alba resucita la vida,
como el agua a los desiertos sombreados
por ancianos algarrobos sembrados
en mis recuerdos.

Tatuado sobre mi tostada piel
llevo cada soplido de sus suspiros
como heridas dejadas por los látigos del tiempo
en su loca carrera hacia el horizonte
donde el rey Sol va en conquista
de otras tierras.

Allá se quedaron los helados,
las chalacas y los dulces
que después de la escuela me siguieron

y aún lo siguen haciendo;
todos grabados en el paladar, en el olfato,
en el tacto.

¡Ay de mí sin ti!
¿Cómo imaginar que el olvido pudiese cubrir,
con su traicionero manto, nuestros pasos?
Son tan bellos, tan emotivos.
¡Ay de mí sin ti que me acompañas en estas horas tan lejanas!

* * *

Es tu brisa marina
la que teje estos versos
de poesía diamantina.
Trémulo caminante de tus arenas
voy recogiendo pasos lejanos
y voces caracoleadas.
Espumante marea
que baña estos pies peregrinos,
feligrés de tus auroras.
Viejos reyes diablos,
tú con tus corales
y yo con mis algarrobales.
Regrésame a Alfonsina,
dile que la estoy esperado;
ya ha sido tanta la soledad.

* * *

Cielo sembrado de estrellas,
como bellas flores de ésta tardía primavera
con la hora en las palmas.
¿Cómo será mi cuerpo fundido en el tuyo?
¿Será como los peces en el mar
o como las voces en el viento?
No sé tú,
pero la llama empieza a arder
y las rosas, a exiliar sus espinas.
Al final del ocaso,
la razón ya se había rendido
y las margaritas renacían.
A extrañar empiezo, sin saberlo,
el encanto de tu voz y
de tu arcoirisada sonrisa.

* * *
Virginia Beatrhice Benavides Avendaño - Lima, Perú

CREACION

Pasos perdidos que me dicen del mar...

Entre la que soy y la que fui hay un abismo
bordes de un pozo lleno de estrellas
ceremonias antiguas a la noche

entre la que soy hay una balsa
remando mi cabellera al viento
entre la que fui hay una isla
ebria de silencios y flores marchitas

Entre la que soy y la que fui
no queda sino un espejo:
Que vibra en formas traidoras
y cosas mudas
que canta y se contempla el peinado
en la muñeca rota
que ensaya su danza y su disfraz
en el lenguaje
y me dice que sigue siendo
Blanca Nieves
la más hermosa.

(de Extravbismo, Chataro Editores, 2003)


Hubiera sugerido coserte la boca o guardar las palabras decibles bajo la manga
Pero no hay armazón que permanezca entre los restos de silencio
Como un escenario en ruinas así el alfabeto
Y en casa no te dicen cómo estas al despertar
y la leche se va cuajando entre mis labios
a medida que trazo un origen donde
Las plantas acogen la canción insonora

Entonces mi dedo en la mesa dibuja un espiral
Esta es la margen que necesita la voz, una caída libre y todo será futuro
Pero otra voz te dice que no, que no hay origen posible
en el amor entre el Infecundo y el Ausente

Sorbo rápido mi leche, me aliento en secreto a no mirar atrás ni temer
que lo que haya que decir ha de decirse

Así sueña una polilla disecada
Que flota entre la nata
Su silencio
(de Tratado de lo Somático, inédito)
Walter E. Cordova Romero - Lima, Perú

Inca/Indio/Indómito


Aborigen
que en tu piel el bronce abrilla
que en tus mejillas el cobre no se despabila
ni con pinceladas del pulso del viento
ni con lagrimas del mayu Mantaro que encargas al mar

Vernacular
mestizo de ascendencia india
nativo descendiente de etnias
autóctono de semblante indígena

Danzan tus hijas y hermanas
al son de los cantos paganos/de quenas ancestrales
suaves y lentos/suaves y mas suaves/semidesnudas
voces agudas/muy agudas ¿de que se lamentan?

Indómito indio/inca de roca
tu semblante aun no se tiñe de desencanto
tus manos aun no están atadas por tus hermanos “traidores”
así es que puedes danzar un poco más
quizás hasta al amanecer después veremos

* * *

Joven zorro de cabellos largos y enredados como la noche
por qué con sumo celo aprecias el desfallecer de los ocasos
por qué has de admirar la agonía de la luna con tal argucia
que esperas sin rezos apoltronado en las causes de quebradas
a orillas de los nevados/a la merced de las montañas
Por qué presumidas brotan de ti lagrimas que limpian tus manos
por qué ominoso escribes versos vanos
que nadie entiende y que solo ella pretende amar
Por que a solas tientas tus estepas/tus valles y puquíos
y por que en suspiros te velas y desvelas entre los oleos de los ríos…
Joven zorro de mirada risueña/de a veces mirar sin apreciar
de cabellos largos y enredados como la oscura noche de tu piel
por quien has suplicado a la luna
dejando orquídeas azul cielo/rojas atardecer
Por quien es que te has humillado tanto que hasta las llagas
de tus rodillas no se amedrentan con el tiempo a ceder…
Se que sueñas que la cordillera se destiñe/que el invierno muere
que la nieve no te cubre/que ella esta cerca
que ella regresa/que ella te besa/que no miente/que ella te merece

sumacc ñahuick songagta suam –de tu pecho brotan azucenas
huayra warmi/ñahuik chaska –nieve de su cielo te sacian la sed
warmi wiksa chikchi miski –ella se pierde en tu regazo
maqui riti/sulla quilla –le dices estando a su merced
maqta atuq tampash tuta –ella te busca
ñoqapa ñutu misi –solo tu sabes de sus susurros

* * *

Friaje

No habrá llanto en mis labios que te hagan entender mi desdicha
ni muerte que aplacase esta deshonra
así el cielo abriese su seno a dicha y diese sombra en manos
pues ver morir a mi hijo y a los hijos de mis hermanos
como animales sin dueño/no te pondrías a compadecerme
Ahora no me digas que culpa fue mía y que tu dios lo quiso así
que dinero me darás ¿Acaso riquezas quiero yo?
Niños del campo que se han marchitado
como azucenas a la hoguera del hielo
de miradas impolutas que ahora son frió
pues como espejos sus pupilas no ven nada
así el sol les estuviera quemando el rostro…
mas nunca habrá agua en los labios para refrescar mi boca
y mira bien los campos/aun estan de luto con ramas supliendo tristeza
ya que no habrá grito en mi garganta/ni herida mas doliente
pues mi retoño el viento lo ha deshilachado
y es ella quien me la ha quitado/sin risa y sin desvelo
como si fuese yo de piedra y lagrimas de azucenas
y entonces tú no estarías ahí regalándome tu pena
Niños de cuerpos resquebrajados
que hasta los zorros sus nombres aúllan
que de ropas solo turbios harapos blande la cordillera
tal cual andrajos roba a su querer el viento serrano
pues que sabrás tu de todo esto señor limeño
que huyes a lo lejos/deshojando tus oídos a mi ruego

En memoria de los mas de 150 niños “menores de 5 años” muertos por el friaje de la sierra de Perú, a consecuencia de la negligencia del gobierno y ministerio de salud peruano
S.E.H.L - Mexico

“Presencia”


¿Me preguntas como soy, que aspecto tengo?
realmente no encuentro la manera de responderte, pero,
te concedo la imaginación suficiente
para contemplar la vida despertándose con una sonrisa. . .

Escucha mi voz esparcida como el canto de las aves,
siente mi piel en los pétalos de las flores que crecen silvestres,
aspira mi aliento en los aromas frescos que trae el viento,
mírame como la más bella primavera que germina esperanzas,
que reposa en la pradera de tu alma,
y el otoño más dulce que deja caer sus hojas con calma. . .

Soy la calida sensación que te rodea en el verano
y el blanco de la nieve en invierno,
que cubre los valles reverdecidos,
soy el juego de los peces mas divertido. . .

A veces soy como un desconocido,
o el final de un camino aun no recorrido,
en otras la duda de la existencia,
o la mas infinita paciencia. . .

La aurora que te da tranquilidad,
el agua cristalina de un manantial,
hago presencia en tu capacidad de amar,
soy la luz de la inmortalidad.

“Reflexión”

Será que estamos hechos tu y yo
de amor, de luz, de un puñado de estelas,
de latidos, de caricias, de palabras bellas,
y fuimos envueltos en abrazos, en besos,
con paisajes preciosos de lienzos. . .

Y si fuimos enviados en sueños
a caminar sobre la tierra,
para cuidar como guerreros
las preciadas estrellas. . .

Y en nuestros labios esta la gloria
de todas nuestras memorias. . .

Y nuestras manos son creadoras,
haciendo la unión,
entre humildad y valor,
que tocan el corazón. . .

Si la templanza es el sendero
a la iluminación,
seremos aquel viajero
que un día se aventuro. . .

Me veo a través de ti,
contento y feliz,
te siento al existir,
inmenso y sin fin.
Nancy - India

El Lucifer del azul

El cielo caído
por querer ser la luz.

¡Pobre mar condenado
a eterno movimiento,
habiendo antes estado
quieto en el firmamento!

Pero de tu amargura
te redimió el amor.

Pariste a Venus pura,
y quedose tu hondura
virgen y sin dolor.

Tus tristezas son bellas,
mar de espasmos gloriosos.

Más hoy en vez de estrellas
tienes pulpos verdosos.

Aguanta tu sufrir,
formidable Satán.

Cristo anduvo por ti,
mas también lo hizo Pan.

La estrella Venus es
la armonía del mundo.

¡Calle el Eclesiastés!

Venus es lo profundo
del alma......

Y el hombre miserable
es un ángel caído.
La tierra es el probable
Paraíso Perdido.
Raúl Heraud - Lima, Perú

Raúl Heraud Alcázar (Lima, 1970) Licenciado en Psicología. Ha publicado los poemarios “Hecho de Barro” 2001 y “Respuesta para tres o cuatro” 2002 bajo el fondo editorial de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega, Premio “Hermandad Latinoamericana”, otorgado por la editorial Creadores Argentinos – Buenos Aires Argentina – a su poemario “El Arte de la Destrucción” Buenos Aires - 2006. “Teatro de la Crueldad” 2009 (presentado en la FIL de la Habana – Cuba), Orange Ode 2009 (Mesa Redonda). Ha sido incluido en antologías sobre Poesía peruana como “El ojo de la aguja” 2003, (U.I.G.V), “Ríos viejos voces nuevas” 2004 -Casa del poeta peruano-, “Cuentos Reales” 2005,(U.I.G.V.) “Revista Hispanoamericana de Literatura” 2008 (Afa Editores). ). Técnicas de Restauración Poética (ediciones Altazor 2008) Antología de Poesía Peruana (México –Jaguar Editores 2010).

Good bye blue sky

No hablo con nadie huyo el resto del día
de los fantasmas y el alcohol,
ya no fumo el alquitrán
que retuerce mis sueños,
de vez en cuando leo a
Maiacovscki
y me seduce la idea del suicidio.

Este cerebro es mi laberinto
telaraña enfermiza de la que escapo
a diario
a veces olvido que clase de ser humano soy
vivo en el manicomio de los cuerdos
voy a terapia de tres a cinco
tengo amigos locos adictos y maníacos
que evito para olvidarme de las clínicas psiquiátricas
los dolores
las pastillas y sus efectos colaterales
ellos vienen a mí cada vez más deteriorados
sicóticos
inentendibles
me hablan de Dios y de Louis Armstrong
bebemos hasta aburrirnos de nosotros mismos
por las mañanas volvemos cada uno
a nuestras extrañas y miserables vidas
mucho más locos y maníacos
héroes anónimos
en esta guerra contra la depresión.

El ilusionista


Puedo encontrar en tu piel el signo suplicante de un moribundo
cayendo desde el cielo al infierno persecutorio de tus días
recordando rostros huecos flores muertas
olvidando papeles incontables donde confundes
el significado de tu palabra insana

puedo entender el caos
el ojo vigilante
la tribu panóptica de la que te escondes a diario

el diván donde a gritos suplicas cordura
está plagado de trampas y cobayos
microchips con incisiones edípicas
tanáticas como las ideas que gobiernan tu mente

puedo verte huyendo con traje de demonio
máscara acorde con tu paranoia
con los fantasmas que cobran vida tras tus infinitos desvaríos

siempre habrán ojos delirantes delusivos
carcajadas huecas en la soledad de tus noches
pánico nocturno de luces encendidas
ilusionistas de alas rotas
conspirando contra tu loca idea de cambiar el mundo

todo concuerda dramáticamente ángel caído

grito de voces calladas
aguardan a que comience el show.
Bohemia Nebulosa

“La poesía en todas sus latitudes”


Александр Блок – Rusia

“Девушка пела в церковном хоре…” (1905)

Девушка пела в церковном хоре
О всех усталых в чужом краю,
О всех кораблях, ушедших в море,
О всех, забывших радость свою.

Так пел ее голос, летящий в купол,
И луч сиял на белом плече,
И каждый из мрака смотрел и слушал,
Как белое платье пело в луче.

И всем казалось, что радость будет,
Что в тихой заводи все корабли,
Что на чужбине усталые люди
Светлую жизнь себе обрели.

И голос был сладок, и луч был тонок,
И только высоко, у царских врат,
Причастный тайнам,- плакал ребенок
О том, что никто не придет назад.

Alexander Blok – Rusia

"La muchacha estaba cantando en una capilla..." (1905)


La muchacha estaba cantando en una capilla
Sobre todos los cansados que están en la tierra ajena,
Sobre todos los barcos que se fueron al mar,
Sobre todos los que olvidaban a su alegría.

Y así su voz cantaba, volando a la cúpula,
Y un rayo brillaba en su hombro blanco,
Y cada uno estaba mirando y escuchando desde la oscuridad,
Como el vestido blanco cantaba en el rayo.

Y a todos les parecía que vendrá la alegría,
Que todos los barcos en una ensenada tranquila,
Que la gente cansada en la tierra extraña
Encontraron una vida feliz.

Y la voz fue dulce, y el rayo fue fino,
Y solo en el aire junto a las puertas santas,
Participado en las misterias lloraba un niño
Que nadie va a volverse atrás

Traducción – Marinka Fedosova – Tula, Rusia


Adelia Prado – Brasil
Endecha


Embora a velha roseira insista neste agosto
e confirmem o recomeço estas mulheres grávidas,

eu sofro de um cansaço, intermitente
como[ certas febres.

Me acontece lavar os cabelos e ir secá-los ao sol,
desavisada. Ocorre até que eu cante.

Mas pousa na canção a negra ave e eu desafino rouca,
em descompasso, uma perna mais corta,

a ausência ocupando todos os meus cômodos,
a lembrança endurecida no cristal
de uma pedra na uretra.

Adelia Prado – Brasil
Endecha


Aunque el viejo rosal insista en este agosto
y confirmen el reinicio estas mujeres grávidas,

yo sufro de un cansancio, intermitente
[como ciertas fiebres

Me da por lavarme el pelo y salir a secarlo al sol,
desprevenida. Hasta canto a veces.

Pero se posa en la canción un ave negra y yo desafino ronca
desacompasada, una pierna más corta,

la ausencia ocupa todos mis cuartos,
la memoria endurecida en el cristal
de una piedra en la uretra.

Traducción de Diana Bellessi.
Mía Riverol - Haedo, Buenos Aires, Argentina

Vano ruego

En este descanso hambriento de mi estrepitosa mente, veo,
los mil obedientes condenados a decir sí,
las pocas rocas que acumuló,
las saturadas risas provocadas por la etérea frigidez de su alma,
en la que navegan, errantes, los deseos de cien niñas.
Cuando intento dominar esas brasas que con justicia se acumulan
en la más cierta de mis miradas, las azules,
se multiplican, se esparcen por el espacio que me asfixia
con la presión propia del exceso de oxígeno;
Te grito, obsecro que me salves, que no dejes de intentar llevarme contigo
a tus penumbras, no importa cuántos Argos debamos sortear,
que se esfuercen ellos en atrapar esta maldición que cargo
en las curvas perfectas, impolutas de esta espalda que nace en mi infierno
y muere sola, ardiente y arrepentida.
Mis aullidos no llegan a ti, ¿por qué te empeñas en negar que estás ahí?
si te he enroscado hábilmente, mil vueltas, sin dañarte, sí, yo lo hice,
lo sabrás siempre, en tu túnel al que todas quieren llegar, lo sabrás en tus ideas,
esas tan dulces que suelen desvelarme, lo sabrás siempre.
No despiertas, no me esperas, no me salvas y yo, qué sé
que he oscurecido tus doradas noches,
reclamo tu perdón,
para poder así, dejar yacer, en este intermedio vital, la suciedad que te he legado.

Imperativa

Perturba cada uno de mis rústicos desdenes,
con las saladas palabras que me haces callar,
rompe con la fragilidad eterna de mis oídos rígidos, hartos de esperar.
Círculos sin fin, envuelven las almas de los que amaron,
no me gusta verlos, no quiero sentirlos.
Toma las empecinadas rocas que te dejo,
desaparecen en un eterno resurgir, hasta el infinito, en el que tu desorden me ubica.
Bebe sin misericordia la vileza que desprenden ellos,
obedece y pertúrbame, rómpelos, tómalas,
bébeme.
Ella Martinez - Antofagasta, Chile


De once a tres


Caminando en el fango, te quejas de mis pasos inseguros,
entonces me dices que porque es domingo,
el pasto está seco y nos revolcaremos como si fuera sábado,
luego de ser mariposa, el lunes soy sólo insecto,
se escucha un disparo a lo lejos, se esfuma otro a quién no he conocido.

Y vendo cien cigarros a desconocidos,
digo mil quinientas veces que no hay café,
y junto con las miradas de sándwiche vencido,
de las 3 sudan las 11, de las 11 sudan las 3,
no me falta tiempo para imaginarme un mensaje,
no me falta ni me sobra "buenas noches"
se hace agrio el aliento cuando me olvido a quién se lo dije,
me siento con los pies cansados,
y repaso dos millones en cigarros,
me digo mil veces "tonta", me río más tarde de mi estupides.

Hago cabriolas innecesarias para pensar menos,
más tarde me imagino que es domingo,
que volví a ser mariposa,
que tu volviste a ser gato,
que el pasto está seco,
estoy entonces, un poco más lejos cuando digo "buenas tardes",
cierro un día más,
me faltan los poemas,
y las monedas que no son mías,
recuento una, y otra, mientras digo,
buenas noches,
aunque me trago un "vállase, idiota",
de las 3 sudan las 11, de las 11 sudan las 3.




Las cosas cambian

Una estrella se suelta del cielo y se deja caer en las olas, formando espuma,
luego la mar la escupe, indeseada,
como el grano de arena de la ostra, que forma a la perla.

un niño se pierde entre la gente y se lo tragan las sombras,
se ha hecho adulto,
las pisadas en el papel entintado se niegan a ser impresiones de un pasado tan cierto,
las nubes se desordenan y desarman las figuras,
y el conejo se hace rana, dragón y luego ballena,
que es tragada por la espuma ¿y luego?, luego nada,
estrellas que se sueltan del cielo y caen a las olas, formando espuma,
para que la mar, las escupa indeseadas.

Se borra, se olvida, no quedando más que la sabia cruda que sube por el tronco,
vestigios líquidos que nadie toma en cuenta,
tanto a la hora de hacer una casa, como una fogata.

Yo no me olvido de la sabia, ni de las estrellas secas,
que se convierten en conchas,
tu rostro de príncipe borra la resaca del otro día,
que apago y escupo indeseada, tomando litros de agua.

Pero no olvido la sabia.
guardo las pisadas del niño comido por las sombras,
un residuo de sal queda en mis labios creando dulces afrodisíacos,
llega una ola y borra tu nombre,
sube la sabia cruda,
y te estoy esperando.
Piero Malta - Lima, Perú


Codorniz

Animal de todas las sangres
Que llevas el amor dentro de ti
Ven a mí.
Necesito de tu canto
Dame la fuerza de tus alas
Para llegar a mi amada
Que se encuentra
Abandonada en el desprecio
De un amor no correspondido.

Luna llena

Me enloqueces con tus colores
De vida nocturna
De princesa durmiente
De vida después de la muerte.

Luna llena
dame el amor
dame el corazón
de un ruiseñor
para cantar
cantar y cantar
cantarle a la vida
a la poesía
y
a la luna llena.
Julia Nidia Rodríguez Chuquillanqui – Lima, Perú

FLAGRAR

Mi corazón de fragata en viaje a la luna.

Mi corazón de velero a la inmensidad

entrañable de tus adentros.

Todavía me engarza el amor

en apocalípticas garras,

en mi desenfreno. Desencadenadísimo.

Embebida de la gloria eterna (gajos de felicidad)...

Ante el invasivo vacío

tiembla la sordidez de la esfera y,

mi corazón extraditable.

La inmanencia de tu cuerpo...

hondo es el deseo .Desmedido.

Nada hay mascullable...

Si el amor solo fuera ilusión

dura batalla contra la irrealidad...

Alebretaría mis ganas de amarte más.

Mi corazón, allí, infranqueable.

Abandonaría mi escarcha eterna

por un cruce de relucientes espadas,

por un baño en gotas de agua...

Inmarcesible vida. La mirada tuya.
Patty Camacho Blass –lima, Perú

CUERO NEGRO Dedicado a los inolvidables cuero negro
Andres pinto… 2000
Cristian… 2003
Beto maya… 2004
Aquellos muchachos bellos Jorge luis… chuli… 2005


Labial rojo
Maquillaje
Iban ebrios
Cuero negro
Estan sonriendo
Cuero negro
Algo más…

Belfos tiernos
Madrugadas caminaban
Van contentos
Llevan vinos
Las chamarras son del viento
Cuero negro
Cuero negro
Algo más…

Algunos fueron muy lejos
Otros no despertaran
Van sus miradas perdidas
Sonriente su caminar
Cantan lloran

Algún dolor escondido
Algún pesar
Los muchachos
Belfos tiernos
Cuero negro
Los días
De luna llena
Aúllan lobos

Los fantasmas de sus almas
Aun salen
A navegar
Vianne d'Praux - Arequipa, Perú

Leves requerimientos

Realmente soy de esas personas
que necesitan pocas cosas;

Tal vez,
Una habitación donde sembrar las penas
que ya por millares
sostengo entre parpados cansados,

para luego desordenarlas en el piso
que parece abrir sus fauces
ávido de florecerles más espinas.

-No olvidar las sábanas con hilos de noche
para cubrirme de la lluvia de meteoritos
que amenaza con ser la melodía
que cante, hasta que la mañana impertinente
decida dar paso a sus instintos.

También
he de necesitar
algún armario de una sola salida
donde contener la cordura de lunes a sábado
hasta que sea momento exacto
de desatarme la coherencia en pasos furtivos.

-Y oír en medio de la selva en mis ropajes
alguna canción que la radio ensimismada
susurre como queriendo
sonar deshaciéndose sin al menos ser oída.

-Todo al lado de esa típica ventana
que dibuja paisajes inexactos
según la estación ajena en sentimientos
que salga a caminar entre desdichas.

Y es que quisiera
también otras cosas, mis superfluas vanidades:

algunos vasos donde hablar con el licor
de esas cosas que ni las paredes
deben guardar en sus oídos de granito,
algunos cubiertos para comer
de esos vacios platos

la cantidad exacta de nostalgia
que debe haber en cada ya sobrante comida.

y quizás,
y sólo quizás
alguna piel de desértico color
protegiendo nuestra cama de aerolitos
y de aquellas serpientes aladas
que desgaja la misma soledad
cuando mis brazos no la toman
para herirnos entre besos.

Porque si está él
con su torso hecho cielo
en el mundo alterno
de esas cosas que sé y necesito,

Quizás, y sólo quizás
no necesite ya ninguna cosa más.

Sí, soy de esas personas que necesitan
pocas cosas realmente

- a él, a él, y a él, nada más -

Dudas e in-certeza

Llegas
con mariposas muertas en el bolsillo
y un basta ya entre los labios
que ha aguardado desde esta mañana
para tocar al cemento de realidad que tapizan

/Tus palabras/
/ mis voz de nudos inconexos /

Mientras
/ llueve /
deshaciendo los límites y manos
dibujados entre las riberas de esta cama
/que va durmiendo/
arrullada, con esas discusiones de piernas cortas
que corren anunciando
que yo no sé compartirte
ni tú sabes tallarles límites a esas voces
que hablan de vibras de polvo,
con presunciones de plásticos latidos
menos dolorosos y menos conmigo
/olvídalos, ol-ví-da-las/

Mírame
con esos ojos de niño ausente
que busca una única respuesta a el mundo,
contando con sus dedos
los ayeres que quema
los presentes que no entiende
y los mañanas que espera;
/ Mí - ra -me /
y dime con voz de silencio
las gotas que aguarda esta piel arrepentida,
sobre este amor
que no sabe de esperas de sol, tiempos de miedo
so lágrimas pendientes ocultas en despensas;
/ Dí- me- lo /
en este ahora de dudas emparedadas
donde yo aún espero tus señales
con las flores de la certeza entre el cabello
y el corazón hecho temor entre los labios,

aguardando aquel
/ solamente a ti te amo /
entre la fría garúa de dagas de esta tarde
sentada en la vereda.